lunes, 26 de enero de 2009

Las constituciones.

ÍNDICE
Introducción..................................................................................3

Conceptos:

Historia del constitucionalismo…………………………………………………4

Constitución de 1812.
Historia.................................................................5-6
Caracteristicas........................................................6

Principios inspiradores..........................................6-7

Instituciones políticas...........................................7-8

Constitución de 1978.
Historia...............................................................9-10
Estructura.........................................................10-12

El sistema político y las autonomías.................12-13

Conclusiones……………………………………………………………………………14

Anexo………………………………………………………………………………….15-16

Bibliografía………………………………………………………………………………17




INTRODUCCIÓN

En este trabajo se trataran las constituciones, pero se profundizara más en las constituciones españolas, especialmente en dos de ellas: la constitución del 1812 y la del 1978. A continuación se explicara que es una constitución y cuál es su función en una Estado.
Constitución del latín cum (con) y statuere (establecer). Es la norma fundamental, escrita o no, de un Estado soberano, establecida o aceptada para regirlo. La constitución fija los límites y define las relaciones entre los poderes del Estado (poderes que, en los países occidentales modernos se definen como poder legislativo, ejecutivo y judicial) y de éstos con sus ciudadanos, estableciendo así las bases para su gobierno y organización de las instituciones en que tales poderes se asientan. También garantiza al pueblo derechos y libertades.
Pero el concepto de constitución tiene diferentes significados según como las personas lo vean, desde su punto de vista.
Por ejemplo Aristóteles tenía la siguiente visión del concepto de Constitución.
a) Se puede estudiar a la Constitución como una realidad, desde esta óptica es el acontecer de la vida de la comunidad, es la vida misma de la sociedad y el Estado, la existencia de una comunidad armonizada u organizada políticamente;
b) La Constitución es una organización, en ese sentido se refiere a la forma de organizar las maneras políticas de la realidad;
c) Se puede estudiar a la Constitución como lege ferenda, es decir, todo gobernante debe analizar cuál es la mejor Constitución para un Estado, las mejores formas, en virtud de las cuales se organiza mejor el estado para la realización de sus fines, concretando los de la comunidad. Aristóteles, al hacer el análisis de las tipologías políticas, llega a una conclusión: ni la monarquía ni las oligarquías ni las democracias son idóneas, sino que las mejores constituciones son aquellas que son mixtas, o sea aquellas que tienen combinados elementos aristocráticos, monárquicos y democráticos.
Para Georges Burdeau una Constitución es el status del poder político convertido en instituciones estatales. La Constitución es la institucionalización del poder.


CONCEPTOS

Historia del constitucionalismo
Es en la Edad Media cuando comienza el desarrollo y expansión de las constituciones. En esta época se extienden las cartas, especialmente locales, que regulan la existencia de los burgos, marcando los derechos y garantías correspondientes al pueblo.
El constitucionalismo moderno parte de la época de las revoluciones liberales del siglo XVIII (Revolución Francesa, emancipaciones americanas, etc.) como respuesta al Antiguo Régimen y su sistema absolutista o autoritario. El siglo XIX supuso un desarrollo constante de esta idea de constitución, de división de poderes y de establecimiento del derecho moderno como hoy lo conocemos. Así, con el liberalismo, las constituciones se concretan y desarrollan mucho más que en ningún otro momento histórico.
Las primeras constituciones modernas (empezando con la estadounidense de 4 de marzo de 1789) estableciendo los límites de los poderes gubernamentales, y de protección de los derechos y libertades fundamentales con las primeras enmiendas de 15 de Diciembre de 1791 conocidas como Declaración de Derechos (Bill of Rights).
El siguiente hito fundamental fue la Segunda Guerra Mundial, luego de la cual el proceso iniciado levemente en la Revolución Francesa tuvo un gran desarrollo y aceptación. Este proceso fue el reconocimiento de los Derechos Humanos que, desde entonces y de manera creciente, tiene una mayor aceptación como parte esencial de toda constitución. La norma fundamental no solo es, entonces, una norma que controla y estructura el poder y sus manifestaciones en una sociedad sino que además es la norma que reconoce los derechos que el Estado advierte en todas las personas. La Constitución no otorga los derechos, como tampoco lo hacen las múltiples declaraciones que internacionalmente se han pronunciado sobre el tema, los derechos humanos son precedentes a cualquier estado y superiores a cualquier expresión de poder que este tenga.
Hasta el día de hoy el proceso demostró un desarrollo gracias al cual el modelo inicial del sujeto poderoso y violento pasó al pueblo soberano y superior en sus derechos a cualquier expresión del Estado. Hoy el sujeto poderoso no es una persona sino que es una entelequia creada por el pueblo y ocupada por él según las normas que este mismo estableció a través de una Constitución.


Constitución de 1812
La Constitución española de 1812, también denominada La Pepa, fue promulgada por las Cortes Generales de España el 19 de marzo de 1812, día de San José, y de ahí el sobrenombre de Pepa que le dieron los gaditanos.
Oficialmente, estuvo en vigencia dos años, desde su promulgación hasta el 24 de marzo de 1814, con la vuelta a España de Fernando VII. Posteriormente estuvo vigente durante el Trienio Liberal (1820-1823) así como durante un breve periodo en 1836-1837, bajo el gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837.
La constitución establecía el sufragio, la libertad de imprenta, abolía la inquisición, acordaba el reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas.

Historia.
Tras el levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, ocurrido el 2 de mayo de 1808, se produjo en numerosos territorios un fenómeno espontáneo de resistencia que se agrupó en las llamadas Juntas. Estas comprendieron que su unión y agrupación produciría una mayor eficacia.
El 25 de septiembre del mismo año se constituyó la Junta Suprema Central Gubernativa con sede primero en Aranjuez y luego en Sevilla. Sus funciones fueron las de dirigir la guerra y la posterior reconstrucción del Estado.
Se plantearon dos posibilidades sobre el futuro político español. La primera de ellas, representada fundamentalmente por Jovellanos, consistía en la restauración de las normas previas a la monarquía absoluta, mientras que la segunda posibilidad suponía la promulgación de una nueva Constitución.
Después de Sevilla, las Cortes se trasladaron a San Fernando, entonces conocido como La Isla de León, efectuando su primera reunión el 24 de septiembre de 1810 en el actual Teatro de las Cortes. Posteriormente, tras un brote de fiebre amarilla y el avance francés, a Cádiz.
La Constitución de Cádiz no fue un acto revolucionario, ni una ruptura con el pasado. Desde la legalidad del momento, quienes eran los legítimos representantes, la acordaron. Comenzaron los actos del citado 24-09-1810, con procesión cívica, misa y la petición encarecida del Presidente de la Regencia, el Obispo de Orense a los reunidos que cumplieran fiel y eficientemente sus cometidos.
La Constitución española de 1812 se promulgó en el Oratorio de San Felipe Neri el día de San José (19 de marzo). Dicha fecha hizo que se diera el sobrenombre de La Pepa a la nueva Constitución. Dicha constitución significo la primera república española.
La Primera Diputación Provincial constituida conforme a ella fue la de "Guadalajara con Molina", 16 de abril del año 1813, en la localidad de Anguita (Guadalajara).

Características de la constitución de 1812
• La Constitución jugará un papel importante en cuanto símbolo del constitucionalismo decimonónico: representa la bandera del liberalismo español durante décadas frente a las posiciones absolutistas.
• A pesar de su simbolismo, su vigencia fue muy reducida e intermitente: estuvo en vigor solo seis años y en:
o 1812 a 1814 (vuelve Fernando VII y deroga el texto).
o 1820 (inicio del trienio liberal) a 1823. vuelve Fernando VII con los Cien Mil Hijos de San Luis.
o 1836 a 1837 (cuando se promulga una nueva constitución).
• Adolece de tener una enorme extensión de artículos (384), la más extensa del constitucionalismo. Además, regulaba determinados temas con un carácter exhaustivo (como el caso del sistema electoral que constituye prácticamente una ley electoral dentro de la Constitución). Es debido a que se dudaba de las reacciones del monarca frente a un texto que limitaba su poder y por otra parte, por el racionalismo imperante.
• Esa desconfianza se mostraba en las cláusulas de reforma que la convertían en una Constitución supe rígida: tales eran las trabas que se aproximaba a las cláusulas de intangibilidad, vg.: el 375 expresaba que no podía realizarse la reforma hasta pasados ocho años de la práctica en todas sus partes.
• Respecto a las influencias, se inspiró en la tradición de las antiguas leyes fundamentales del Reino (aunque sus dictados suponían una ruptura frontal con los principios del Antiguo Régimen), de la Constitución francesa de 1791 y la estadounidense de 1787.

Principios inspiradores
• La soberanía nacional es recogida en el artículo 3, al señalar que la soberanía reside esencialmente en la Nación y, por lo mismo, pertenece a ésta exclusivamente. Esta apelación ya se había concretado en el Decreto de 1810 al determinar que la identificación anterior entre Rey y Estado se vería literalmente rota al reconocer la Constitución la soberanía a un nuevo sujeto, como era la Nación.
• La división de poderes, con una serie de peculiaridades, al mencionarse a los tres poderes clásicos, pero más que una división es una separación estricta. Apenas tenían canales de comunicación entre sí. En lo único que se advertía una tímida colaboración era en el ejercicio de la potestad legislativa entre las Cortes y el Rey.
• La representatividad: ruptura con el viejo mandato imperativo, pues los diputados son representantes de la nación, excluyéndose las partes que lo eligieron.
• Sufragio censitario. La representación de la Nación no se plantea como un derecho sino como una función que compete ejercitar a los más capaces por su formación o posición económica. Con ello, el sufragio censitario se configura como un rasgo característico de este constitucionalismo liberal, limitando la participación en este proceso político de una parte de la población.
• Monarquía hereditaria pero constitucional debiendo el Rey jurar y acatar la constitución.
• Igualdad de los ciudadanos ante la ley. Los ciudadanos ahora serían juzgados por igual por un tribunal común. A excepción de la iglesia y el ejército, que tendrían sus propios tribunales.
• Reconocimiento de los derechos individuales: a la educación, a la liberad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad.
• Catolicismo como única confesión permitida.

Instituciones políticas
Cortes
Era unicameral para evitar intermediaciones entre los representantes de la soberanía y el Rey, evitando así una segunda cámara de aristócratas elegidos por el Rey. El proceso de elección se regulaba con todo detalle, mediante sufragio indirecto en cuatro grados: la primera elección era casi universal (varones mayores de edad) para luego ir restringiéndose conforme avanza hacia un sufragio censitario pasivo.
La legislatura era de dos años y regía el principio de automaticidad de la convocatoria, ya que no dependía de la voluntad real, se reunían cada año durante tres meses y se preveían sesiones extraordinarias. Además, había una Diputación Permanente que velaba por los poderes de la Cámara cuando ésta no estaba reunida.
Las sesiones, salvo que dispusieran lo contrario, eran públicas. Tenían potestad para crear su Reglamento de organización y funcionamiento interno, y se establecía la inviolabilidad de los diputados en sus opiniones y en el ejercicio de sus funciones, y la inmunidad en causas criminales contra ellos que debían ser juzgadas por un Tribunal de las Cortes.
Ejercía la potestad legislativa junto con el Rey, ya que la iniciativa se atribuía a éste y al diputado individual. También tenía una potestad financiera en cuanto fijaba los gastos de la Administración y aprobaba el reparto de las contribuciones.

Rey y Consejo de Estado
La figura del Rey se regulaba como un órgano constitucional que tenía poderes limitados (poder constituido) en la medida que compartía el poder político con otras instituciones (sobre todo, las Cortes). El art.172 pone de relieve un amplio número de materias en las que no podía intervenir. De sus funciones, cabe destacar la legislativa a través de 2 instrumentos: 1) iniciativa legislativa y 2) la sanción y promulgación de las leyes, así como la posibilidad de interponer un veto suspensivo de carácter temporal en determinadas condiciones.
El poder ejecutivo recae en el Rey, al tener la competencia sobre la dirección de la política interior y exterior, ejercicio de la función ejecutiva y potestad reglamentaria (en lo no atribuido a las Cortes) y la defensa. En esencia, parecidas a las ejercidas hoy en día por el Gobierno. La figura del Rey era inviolable y no sujeta a responsabilidad, articulándose en el texto constitucional la figura del refrendo.
Se preveía la existencia de un Consejo de Estado cuyos miembros eran nombrados por el Rey a propuesta de las Cortes, que asesoraban al Rey y no tenían función jurisdiccional (diferencia del Estatuto de Bayona). Sus dictámenes no eran vinculantes.
Secretarios de Estado y de Despacho
Nombrados y separados por el Rey, estableciéndose un cargo incompatible con el de diputado (separación rígida de poderes). La Constitución no contemplaba al Gobierno como órgano colegiado. No obstante, la práctica condujo a la existencia del órgano de Gobierno (reunión de los Secretarios) presidido por el Rey y, mediante Decreto de 1824, por el Presidente del Consejo de Ministros en ausencia de éste. Se configuraba este Presidente como un primus inter pares que dirigía las sesiones cuando no estuviera presente la figura del Rey.
Organización territorial
Se reconocía la integración del Estado en comarcas y provincias con cierta descentralización incipiente de carácter administrativo. El gobierno se articulaba a través de Diputaciones y Ayuntamientos y se preveía la figura del Jefe Superior, nombrado por el Rey, al que se le confería el gobierno político de las provincias y presidencia de los Ayuntamientos (donde hubiere). Es una excepción al principio electivo, interferencia del poder central en las instituciones locales y un precedente de la institución del Gobernador civil.



Constitución del 1978.
La Constitución Española de 1978, es la norma jurídica suprema (o máxima) del ordenamiento jurídico de España.
Nace durante el proceso histórico denominado Transición Española, que tiene lugar como consecuencia de la muerte, el 20 de noviembre de 1975 del anterior Jefe del Estado Francisco Franco y que precipitará una serie de acontecimientos políticos e históricos que terminarán con la abolición final del anterior régimen franquista que dura desde 1939 hasta 1975 sustituyendo la dictadura por un sistema democrático con la forma política de monarquía parlamentaria. Es una constitución ambigua, es decir, una constitución que admite diferentes lecturas. Esta ambigüedad tiene su origen en la necesidad que hubo de poner de acuerdo sobre la norma fundamental a partidos políticos de ideologías muy dispares y lograr así lo que se llamó el consenso constitucional.
En Madrid existe el Monumento a la Constitución de 1978 de Madrid, ubicado en la Plaza San Juan de la Cruz, entre las calles de Vitrubio y Paseo de la Castellana.
Es muy común encontrar una calle o plaza de la Constitución en la mayoría de las ciudades de España.

Historia
Como inicio del proceso de la Transición Española hacia la democracia, la muerte del dictador general Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, supuso la posterior proclamación como rey de Don Juan Carlos I, y poco después (en julio de 1976) la formación de un Gobierno presidido por Adolfo Suárez González, y designado según la legislación vigente. El Gobierno envió, en octubre de 1976, a las Cortes el proyecto de ley para la Reforma Política, que fue aprobado por las Cortes, y, posteriormente, y según todos los requisitos exigidos por las Leyes Fundamentales (señaladamente la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado) sometido a referéndum.
Esta Ley para la Reforma política venía a suponer una notable alteración de las leyes fundamentales, sin introducir ella misma un sistema democrático-constitucional, pero haciendo posible la creación de éste. La Ley se insertaba formalmente en el ordenamiento vigente (su disposición final la definía expresamente como «Ley fundamental») pero difería radicalmente en su espíritu de ese ordenamiento, ya que:
• Reconocía los derechos fundamentales de la persona como inviolables (artículo 1).
• Confería la potestad legislativa en exclusiva a la representación popular (artículo 2).
• Preveía un sistema electoral inspirado en principios democráticos y de representación proporcional.
Posteriormente el Real Decreto Ley 20/1977, de 18 de marzo, reguló el procedimiento para la elección de las Cortes, elección que se llevó a cabo el 15 de junio de 1977, en las primeras elecciones libres desde febrero de 1936.
Una de las tareas prioritarias de las Cortes fue la redacción de una Constitución. La Ley de Reforma Política ofrecía la posibilidad de que la iniciativa de la reforma constitucional correspondiera al Gobierno o al Congreso de los Diputados, eligiéndose esta última opción. La Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas del Congreso de los Diputados nombró una Ponencia de siete diputados, que elaboró un anteproyecto de Constitución.

Estructura
La Constitución es la Norma Fundamental del Estado, es la Ley de leyes a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos. Toda disposición o acto contrario a la Constitución carece de validez y será convenientemente expulsado del ordenamiento jurídico o sancionado con arreglo a las normas sobre justicia constitucional y otras disposiciones constitucionales y legales.
Artículo 9. 1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del Ordenamiento Jurídico.
Parte dogmática
En la Constitución española la parte dogmática está constituida por los siguientes títulos:
• Preámbulo.
• Título preliminar (artículos 1 a 9).
• Título I (artículos 10 a 55).
En el Preámbulo la Ley de leyes realiza una declaración de intenciones y de elementos básicos que recoge los valores y principios imperantes en la sociedad que la promulga.
El Título preliminar contiene los Principios constitucionales que determinan la configuración política y territorial del Estado español y sus señas de identidad.
En el Título I, titulado «De los derechos y deberes fundamentales», se insertan los Derechos Fundamentales con carácter universal, trátese de ciudadano español, europeo o extranjero, así como el resto de derechos, deberes y libertades públicas de los ciudadanos españoles y europeos.
La soberanía nacional se hace residir en el pueblo español en el artículo 1, que reza:
Artículo 1. 1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Cabe destacar que en los debates de los constituyentes se planteó incluir en el artículo 2 una mención expresa del ámbito territorial sobre el que regiría la futura Constitución. Su omisión, como bien señaló Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón supondría la admisión de la posibilidad de que parte del territorio se escindiera.
Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Siguiendo el razonamiento de Rodríguez de Miñón, la aplicación de la Constitución se cimenta sobre la indivisible nación española. Así pues, si se declarase la existencia de un grupo que no coincidiera con la nación española, la Constitución no regiría sobre él, algo que en la práctica se traduciría como la escisión del territorio sobre el que ese grupo se asiente.
Pese a ello, se trata de un caso límite sobre el que el Tribunal Constitucional de España no ha tenido que pronunciarse. La posible admisión o rechazo constitucional a la escisión de parte de su territorio no es un tema pacífico para la doctrina constitucionalista.
Parte orgánica
Se diseña la estructura del Estado regulando los órganos básicos que ejercen los poderes estatales. El sistema español conserva el diseño tripartito de división de poderes de Montesquieu, entre Poder ejecutivo, Poder legislativo y Poder judicial. Los apartados correspondientes en la Constitución Española son los siguientes y el primer título donde esta:
• Título II, «De la Corona» (artículos 56 a 65).
• Título III, «De las Cortes Generales» (artículos 66 a 96).
• Título IV, «Del Gobierno y de la Administración» (artículos 97 a 107).
• Título V, «De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales» (artículos 108 a 116).
• Título VI, «Del poder judicial» (artículos 117 a 127).
• Título VII, «Economía y Hacienda» (artículos 128 a 136).
• Título VIII, «De la organización territorial del Estado» (artículos 137 a 158).
• Título IX, «Del Tribunal Constitucional» (artículos 159 a 165).
• Título X, «De la reforma constitucional» (artículos 166 a 169).

El sistema político y las autonomías
El sistema político
La ideología liberal impregna la Constitución y el sistema político. La monarquía parlamentaria es la forma de gobierno, con un rey, Juan Carlos I de Borbón, heredero legítimo de los derechos dinásticos de Alfonso XIII, traspasados por la abdicación de Don Juan (III) en mayo de 1977. Los poderes del monarca están limitados y enumerados en la Constitución.
La división de poderes, idea fundamental en el pensamiento liberal, es el eje del sistema político. En la base, la soberanía nacional permite la elección, por sufragio universal (varones y mujeres mayores de 18 años), de los representantes del pueblo soberano en las Cortes. Ejercen el poder legislativo entre las dos cámaras, el Congreso de los Diputados y el Senado, eligen al Presidente del Gobierno y controlan la acción del poder ejecutivo.
El Presidente del Gobierno desempeña el poder ejecutivo con la ayuda de su consejo de ministros.
El poder judicial recae en los jueces y en el Consejo General del Poder Judicial como su máximo órgano de gobierno. El Tribunal Constitucional controla que las leyes y las actuaciones de la administración pública se ajusten a la Carta Magna.
Las autonomías
La Constitución de 1978 rompe una tradición centralista iniciada en 1700 por Felipe V. Como intento de solución al problema regional y a las reivindicaciones de los grupos nacionalistas vasco y catalán, sin olvidar las minorías nacionalistas aragonesa, gallega, canaria, andaluza y valenciana, se crea un nuevo modelo de Estado descentralizado, en el cual cada región se convierte en una comunidad autónoma con autogobierno, parlamento autonómico, tribunales de ámbito regional y un Estatuto de autonomía que establece el modelo y las competencias que puede asumir.
La Carta Magna establecía dos posibilidades de autonomía. Las nacionalidades históricas, Cataluña, País Vasco y Galicia, seguirían una vía rápida y con mayores competencias (aplicación del artículo 151). Andalucía también consiguió el título de nacionalidad histórica, gracias a que así lo solicitaron la mayoría de sus ayuntamientos y fue ratificado en referéndum el 28 de febrero de 1980.
El resto de regiones se regiría por el artículo 143, excepto Navarra (que se constituía en Comunidad Foral respetando su peculiar tradición foralista). La concesión de la autonomía se dilató más en el tiempo y la transferencia de competencias fue más lenta. La primera en acceder a su autonomía fue Aragón en 1982, por plebiscito popular, y la última Extremadura.
Entre el 18 de diciembre de 1979, cuando se aprobaron los primeros Estatutos de Autonomía de Cataluña y País Vasco, y febrero de 1983, todas las regiones se constituyeron en Comunidades Autónomas. Los dos últimos Estatutos de Autonomía han sido los de Ceuta y Melilla (1995), estableciéndose como Ciudades Autónomas.
De forma paulatina, durante los últimos veinte años, el Estado ha transferido competencias a las Comunidades Autónomas. Dos de las últimas materias que se han transferido han sido sanidad y educación. Hoy en día, cada una de las Comunidades Autónomas puede legislar en cuestiones sanitarias y educativas de manera diferente al resto de España.




CONCLUSION
En mi opinión, la conclusión que he logrado sacar de este trabajo sobre las constituciones es que gracias a ellas hemos logrado avanzar en nuestro camino hacia un país libre de absolutismos y donde el pueblo pueda gozar de los derechos y de las libertades que se merece; teniendo también control sobre los tres poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial pero de manera separada. Gracias a las constituciones, están vigentes los derechos humanos que cada Estado tiene y los cuales son fundamentales para establecer lazos entre el pueblo y sus soberanos, para que una nación sea estable y prospera.
En conclusión, sino hubiera actualmente constitución o si no hubieran habido una serie de constituciones españolas, a mi parecer seguiríamos sumidos en el mismo Estado autoritario del cual intentábamos deshacernos mediante el liberalismo. Así que gracias a las constituciones que actualmente están vigentes no solo en España sino en más Estados podemos gozar de los derechos que cada uno de nosotros (ciudadanos de nuestras patrias) nos merecemos y del placer de permanecer bajo leyes impuestas para ser cumplidas bajo cualquier circunstancia.

Mitos y leyendas de las civilizaciones antiguas sobre el espacio.

Índice.



Introducción………………………………………..3


Mitos y leyendas.

Griega……………………………………..4

Teogonías griegas.

Teogonía de Hesíodo.

Nórdica…………………………………5-6

Sursahariana……………………………....6

El relato de los boshongo
Azteca…………………………………..7-9

Los cinco soles.

La estructura del Universo y la Tierra.
Conclusión................................................................9

Bibliografía...............................................................9

Imagenes.................................................................10






INTRODUCCIÓN.


En la antigüedad los mitos ofrecían respuestas sobre el origen del universo, cosa que actualmente hacen las teorías científicas. La diferencia es que mientras la ciencia explica los hechos a través de la relación entre conceptos científicos, las culturas arcaicas los explicaban mediante relatos de las relaciones entre los dioses, relatos llamados mitos. Al ofrecer una visión integradora del mundo, al facilitar el tránsito de la extrañeza a la comprensión, los mitos y los ritos que acostumbraban acompañarlos permitían la seguridad psicológica de los partícipes en la creencia colectiva y, a la vez, la elaboración de los signos de identidad necesarios para la vida en comunidad.

Los mitos elaborados por las diferentes culturas desde la antigüedad hasta nuestros días y que intentan explicar el origen del Universo y el principio de los tiempos, es lo que llamamos "cosmogonías".

Estas llamadas "narraciones cosmogónicas" nos retrotraen a un momento originario en el cual el mundo no estaba formado, o aun no estaba configurado tal como lo vemos. Los elementos constitutivos se hallaban en desorden y el relato mítico nos narra, precisamente, el proceso de reagrupamiento, de integración del material. Sea en la recensión de Hesíodo, recogida en su Teogonía o en el relato del demiurgo platónico presente en el Timeo, las cosmogonías griegas narran como en el origen fue el Caos. El acto de creación divino es pues, un acto de orden. Esto a su vez marcará el principio del ser y del bien para el pensamiento griego. El ser no puede ser lo informado; por lo mismo el mal se acerca a la carencia de límite.

En general, las narraciones cosmogónicas no sólo representan una configuración ontológica del Universo, sino que de ellas también se derivan ciertas necesidades éticas para la preservación en la unidad del mismo.

Actualmente, las teorías científicas proporcionan al imaginario popular los elementos para la descripción del origen del universo y lo que hay en él; orígenes que anteriormente eran explicados solo a través de la cosmogonía presente en las diferentes religiones. Así, las ciencias describen la evolución del universo, particularmente a través de la teoría del Big Bang; y el origen y la evolución de la vida, a través de la teoría de la síntesis evolutiva moderna.









MITOS Y LEYENDAS.


CULTURA GRIEGA.

Las teogonías griegas.

La mitología griega también recoge en sus relatos el origen del Mundo. Pero debemos tener presente que para el pensamiento religioso griego una cosmogonía suponía no solamente el origen de nuestro mundo físico, sino también el origen de los dioses, el origen del hombre y la organización social.
Hay una serie de rasgos generales compartidos por estas cosmogonías griegas. En primer lugar, el origen del Mundo parte de la organización de una materia primitiva, que a veces se organiza sóla. El segundo concepto fundamental es el de los pares de contrarios; esta idea recuerda a la explicación dualista de los filósofos pitagóricos que consideraban que los números procedían de dos elementos opuestos: el par y el impar. Este planteamiento permitía concebir un gran número de oposiciones: el bien y el mal, frío y calor, día y noche. Otro elemento característico de las cosmogonías griegas es que la ordenación del Mundo no se produce instantáneamente, sino que pasa por fases intermedias en las que aparecen criaturas monstruosas y míticas hasta que el desorden es definitivamente desplazado y desaparece.

La teogonía de Hesíodo.

De todos los relatos cosmogónicos griegos, la Teogonía de Hesíodo es la obra más antigua y mejor conocida de todas. Escrita entre finales del siglo VIII y comienzos del VII a. C., es la fuente de la que se nutre toda la mitología griega. Hesíodo, que con seguridad es posterior a Homero, vivió en torno a l siglo VIII a. C. y ya entre los griegos tuvo la fama de ser él quien ordenó los mitos religiosos, organizando la genealogía de los dioses. Como señala Mircea Eliade, en esta Teogonía podemos distinguir hasta cuatro fases: en la primera fase, parte de la existencia de Caos, y después de la Tierra, Eros, el Cielo y la primera generación divina; en una segunda fase, se describe la castración del Cielo por su hijo Cronos; en la tercera parte, Zeus logra no ser devorado por Cronos, su padre y toma el poder; y en la última fase, se narra la batalla de Zeus y los dioses contra los titanes. El autor nos describe el origen del Mundo como parte de una teogonía, siendo la formación del Mundo un tema secundario, porque, de hecho, a Hesíodo le interesa la «estirpe de los inmortales», como bien nos indica en su poema.
Hesíodo comenzó su obra con una invocación a las Musas, quienes le inspiraron en su poema y le instruyeron en su tarea. Hesíodo describe la experiencia como un encuentro místico con los dioses. Podemos pensar que esta descripción oscila entre lo que podría ser un recurso literario y una experiencia religiosa, en la que un dios se aparece a un mortal (pastor, campesino...) y le transmite unos conocimiento.







CULTURA NÓRDICA.


La mitología nórdica eran unas creencias e historias compartidas por los pueblos germanos septentrionales y una visión particular de la creación. En el folclore nórdico, estas creencias duraron mucho tiempo, llegando algunas de ellas a nuestros días.
El pueblo nórdico posee su explicación de la creación y origen del mundo, del surgimiento de la vida, de la naturaleza y de los dioses. Tal cosmogonía parte del instante infinito en que sólo existía el vacío, el Ginnungagap, abismo insondable que contenía el germen de la totalidad de las cosas: Niflheim, al Norte, una región brumosa o reino del hielo eterno. Allí murmuraba la fuente Hvergelmir de la cual partían doce ríos helados. Al Sur estaba el reino de fuego, el Muspellsheim, luminoso y caliente, con ríos de aguas ocres y venenosas comparables con el infierno medieval. Estos mundos representan el bien y el mal en constante pugna, principios fundadores de la vida y base de la mitología nórdica.
A medida que los ríos helados se alejaban de la fuente, se fueron derritiendo a causa del calor de Muspellsheim y del hielo derretido surgió Ymir, un gigante hermafrodita de escarcha, padre de la estirpe de los Gigantes de Hielo. También surgió la vaca Audumla, de cuya leche se alimentó Ymir.
Estos dos primeros seres tuvieron descendencia en forma asexuada: Ymir se durmió y sudó, de su mano izquierda surgió una pareja de gigantes, y de sus pies un hijo. La vaca se alimentaba del hielo sagrado, y en tres días sus lamidas descubrieron un hombre: Buri, hermoso, grande y poderoso, que sería el patriarca de la familia de los dioses o Ases. Buri tuvo un hijo, llamado Borr, que se casó con la giganta Bestla, para procrear tres hijos: Odín, Vili y Ve. La primera tríada de Ases o Aesir, divinidades guerreras.
Odín y sus hermanos mataron a Ymir y en la sangre de sus heridas se ahogaron todos los gigantes menos la familia de Bergelmi. Odín y sus hermanos despedazaron el cuerpo de Ymir para formar el universo: del cráneo del gigante hicieron la bóveda celeste, de su cerebro las nubes, de su carne hicieron la tierra, de sus cabellos los árboles, de su sangre el mar y los lagos, de sus huesos las montañas, de sus muelas las rocas. De los gusanos que brotaron de la carne de Ymir se formaron los enanos, a quienes los dioses dieron forma humana y raciocinio y, debajo de la tierra recién creada, pusieron a cuatro de estos enanos para sostenerla: Nordi, Sudri, Austri y Vestri (los cuatro puntos cardinales). De las chispas que salían del Mulpellsheim formaron las estrellas, ordenando sus órbitas.
La Tierra quedó rodeada del Mar exterior. En sus costas quedaron los gigantes que lograron escapar de la matanza. En su interior, protegida por una muralla que son las cejas de Ymir, levantaron un recinto central llamado Midgard, la Tierra Media, hogar de los Hombres. Un gigante fue convencido por Odín de tomar forma de águila, Hraesvelg y se le encomendó crear, con el batir de sus alas, el viento que proviene del el norte del mundo.
Más tarde, Odín y sus hermanos tomaron dos árboles inertes de la playa y le dieron forma humana. Odín insunfló en ellos el espíritu y la vida, Vili les otorgó pensamiento y sentimiento, y Ve les dio el oído y la vista. Los vistieron y les dieron nombres a los seres recién creados: al hombre llamaron Ask y la mujer Embla. De ellos descienden humanos, habitantes de Midgard.
El reino de los Ases era el Asgard, donde había un imponente salón, El Valhalla, morada de los héroes que morían en combate, conducidos allí por las Valquirias, diosas guerreras que escogían a los más valientes. Este lugar celestial estaba unido a Midgard, la tierra de los mortales, mediante Bifrost, el puente del arco iris hecho de fuego para que los gigantes no pudieran atravesarlo. Cada día cabalgan los dioses, cruzando el Bifrost, para estar con los humanos. En el Asgard también Odín tenía el Gladsheim, un palacio de oro con su trono desde donde presidía entre los demás dioses por su sabiduría. Éste es hogar de los doce dioses o ases y desde allí dirigen el destino de los hombres. Vingolf sería el palacio de las diosas.
Niflheim quedó como un tercer reino -tenebroso, mundo inferior- que sería, a partir de entonces, el hogar de los muertos.






CULTURA SURSAHARIANA.


El relato de los boshongo.

Los boshongo son una tribu del actual Zaire y en su cosmogonía está también presente la idea de la oscuridad preexistente y el agua original. En este mito es nuevamente la voluntad de un dios, Bumba, la que permite la aparición del mundo. También podemos considerar que este mito se desarrolla en varias fases, ya que son los hijos de este dios los que finalizan la creación.
Según el relato de los boshongo, al principio, sólo había oscuridad y Bumba estaba sólo. Un día Bumba se sentía atormentado por su terrible dolor de estómago. A continuación sintió nauseas y al realizar un esfuerzo vomitó el sol; y así la luz se difundió por todas partes. El calor del sol hizo que parte de las aguas primitivas se secasen, de manera que en algunas zonas empezó a aparecer tierra seca. Después Bumba vomitó la luna y las estrellas, de forma que la noche tuvo también su luz.
Nuevamente Bumba se sintió mal y realizó otro esfuerzo, tras lo cual aparecieron nueve criaturas vivas: el leopardo, el águila, el cocodrilo, un pez, la tortuga, el rayo (llamado Tsetse), la garza blanca, un escarabajo y un cabrito. Por último apareció el ser humano; había muchos hombres, pero sólo uno era blanco como Bumba: Loko Yima. Esas criaturas crearon a su vez nuevas criaturas.
Entonces, los tres hijos de Bumba (Nyonye Ngana, Chongannda y Chedi Bumba) dijeron a su padre que ellos terminarían de hacer el mundo. De todas las criaturas solamente Tsetse, el rayo, creaba problemas. Tanto mal hizo que Bumba lo atrapó y lo encerró en el cielo. La humanidad se quedó entonces sin fuego, hasta que Bumba enseño al hombre cómo sacar fuego de los árboles.
Cuando finalmente la obra de la creación estuvo acabada, Bumba se paseó entre los pueblos y dijo a los hombres: «Mirad todas estas maravillas. Os pertenecen». Del dios Bumba, el creador, el «Primer Antepasado», proceden todas las cosas y todos los seres.






CULTURA AZTECA.


Los Cinco Soles.

Según los aztecas el supremo creador de todo fue el dios Ometecuhlti que, junto a su esposa Omecihuatl, creó toda la vida sobre la tierra. En otras versiones, esa pareja creadora original, se reduce a una sola divinidad llamada Ometeotl que adquiere una doble vertiente, por un lado la masculina, Ometecuhtli, y, por otro, la femenina, Omecihuatl. Así, este dios, que aparece como un dios del fuego y como el dios supremo del panteón azteca, es una divinidad andrógina. No recibió culto formal ni tampoco contó un centro de culto, pero estaba presente en cada ritual y en todas las elementos de este mundo. Esa pareja cósmica, o ese dios andrógino, dio a luz a los cuatro dioses que más tarde crearían cada uno de los soles y más tarde tuvo otras 1.600 divinidades más. Según la mitología azteca antes de nuestro sol, que es el quinto, existieron otros cuatro. Para los aztecas vivíamos, por tanto, en la quinta creación, o en la quinta era. Volviendo a la pareja original y a su descendencia, la legenda mexica señalaba que cada uno de seos dioses creadores luchaba por la supremacía en el mundo, empleando cada uno su propia fuerza cósmica: tierra, fuego, viento o agua. Mientras esas fuerzas se mantuvieran en equilibrio, el mundo estaba en orden y podía existir la era de un sol; sin embargo, si se producía un desequilibrio cósmico, ese sol, junto con la Tierra y los seres humanos de esa era, perecerían. El primero de esos cinco soles fue el creado por el dios Tezcatlipoca, que era el dios de la Tierra. Sin embargo, su creación fue algo imperfecta, ya que los seres humanos aparecieron con forma de gigantes y en vez de un sol completo, se formó medio sol. Aquellos gigantes seres humanos, se vieron obligados a sobrevivir solamente con bellotas y piñones. A consecuencia de esta pésima alimentación, los humanos crecieron poco y débiles. En un momento determinado de esa era, los jaguares devoraron al medio sol existente y, ayudados por la oscuridad, fueron destruyendo y asesinando a los seres humanos gigantes.
El segundo de esos soles fue creado por el dios Quetzalcoatl, dios del Viento. Bajo este sol, los humanos se alimentaron con semillas de árboles, que todavía eran insuficientes para fortalecer a los hombres, que debían sobrevivir a los fuertes vientos. Los tremendos huracanes en ocasiones arrojaban a los seres humanos lejos. A pesar de ello, algunos humanos lograron sobrevivir al ser capaces de transformarse en monos
Tlaloc, que era el dios de la Lluvia en la mitología azteca, creó el tercer sol. Durante la era del tercer sol, los seres humanos hambrientos vivían de cereales. En este mundo, fueron los tremendos volcanes los que provocaron las desgracias. Enromes volcanes hacían erupción y las cenizas caían desde el cielo, consumiendo y enterrando el mundo. Sin embargo algunos hombres sobrevivieron al convertirse en pájaros que podía escapar a aquellas destructivas erupciones.
Chalchiuhtlique, la diosa del Agua azteca, fue la encargada de la creación del cuarto sol. Los seres humanos de esta creación intentaron sobrevivir con una semilla conocida con el nombre de acicintli, pero ésta no era comida suficiente para los humanos, que tenían que enfrentarse a enormes inundaciones. El agua emergió del centro de la Tierra provocando una tremenda catástrofe en el mundo. Algunos seres humanos lograron sobrevivir a esta catástrofe convirtiéndose en peces.
Todas las creaciones anteriores habían sido destruidas por una catástrofe, y con ella habían desaparecido los soles, las tierras y los seres humanos de cada una de esas eras. Entonces los dioses se dieron cuenta de que la existencia del quinto sol solamente sería posible con el sacrificio de otro dios. Así, los dioses decidieron levantar una enorme pira con ardiente fuego, si bien ninguno de ellos se atrevía a sacrificarse. Finalmente la decisión recayó en dos divinidades creadas por el supremo Ometeotl: los dioses Nanahuatl y Teucciztecatl. Éste último hizo hasta cuatro intentos para arrojarse al fuego, sin embargo, no tenía el suficiente valor y fue Nanahuatl, lleno de valentía, el primero en sacrificarse. Teucciztecatl consiguió reunir el suficiente coraje y finalmente siguió a Nanahuatl en el sacrificio. Nanahuatl se transformó en un sol resplandeciente, que ninguno de los dioses podía mirar directamente, mientras que su compañero se convirtió en la luna. El resto de los dioses se percató de que Nanahuatl no se alzaría en el firmamento hasta que no recibiese alimento necesario, es decir: los corazones para comer y la sangre para beber, de otros dioses sacrificados. Tras el enfrentamiento entre Nanahuatl y la Estrella Matutina, que se enfadó ante la idea del sacrificio, este último dios que era el más feroz de los 1.600 dioses, fue derrotado. Entonces todas esas divinidades, las 1.600, decidieron sacrificarse para dar alimento a este quinto sol, tras lo cual Nanahuatl, se alzó desde el este. Esos dioses se sacrificaron, ofreciendo su sangre para dar vida a este quinto Sol, pero Hiutzilopochtli tuvo que luchar con las tinieblas para poder expulsarlas del mundo y esa lucha dio origen a las estrellas. En otras versiones, se cuenta que esos dioses se fueron arrojando uno tras otro a ese fuego legendario, hasta transformarse en los astros que componen el firmamento.
Los aztecas se creían a sí mismos como el pueblo elegido para mantener al sol con vida, sin su ayuda este quinto sol, terminado un ciclo de 52 años, no volvería a salir. Para este pueblo la sangre es un elemento fundamental, que del mismo modo que mantiene vivo al ser humano, también puede dar vida al actual sol, llamado Hiutzilopochtli. . Por otro lado, este pueblo creía que igual que los cuatro soles anteriores, Hiutzilopochtli también podía desaparecer en un cataclismo y consideraban, además, que el mundo tal y como lo conocían, sería destruido en un gran terremoto, al final de un ciclo de la rueda calendárica de 52 años. Para mantenerlo vivo le proporcionaban como alimento un componente que sólo se encontraba en la sangre de las madre muertas en el parto, de los guerreros muertos en combate y de los prisioneros sacrificados.




La estructura del Universo y la Tierra.

A pesar de esa continua destrucción y reordenación del Mundo, para los aztecas el Universo se mantiene con una estructura permanente e intacta a lo largo de esas cinco creaciones. La estructura básica del Universo mexica se compone de tres partes: el cielo, la tierra y el inframundo. Los seres humanos vivimos en la Tierra, que es como un enorme disco situado en el centro del Universo. Rodeando a la Tierra hay un anillo de agua que conecta a la Tierra con el Cielo. El Cielo estaba estructurado, según la cosmovisión azteca, en forma piramidal compuesta por trece niveles; trece cielos que sirven de morada a los dioses. Los primeros cuatro niveles constituían el llamado Teteocán, que estaba ocupado por las tormentas, el sol, el firmamento, las estrellas, la luna, etc... Los siguientes niveles del Cielo se conocían con el nombre de Ilhuicatl, donde se encontraban el Dios Rojo del Fuego, el lugar del Dios de la Estrella Blanca del Atardecer y el Dios Amarillo del Sol. El último nivel del Cielo, el más elevado, lo ocupaba el dios Ometecuhlti, el supremo creador de todo.
Por debajo de la Tierra se encontraba el inframundo, que también se componía de varios niveles, pero de número inferior al Cielo. En total eran nueve los inframundos y eran conocidos con el nombre de Mictlán, el lugar de los muertos. En el nivel inferior vivía el dios Mictlanteutli, que era el Dios de la Muerte. La lucha a través de esos inframundos hasta llegar al último, era angustiosa y muy costosa y el sufrimiento se sucedía continuamente hasta llegar al noveno nivel, donde uno podía descansar para siempre junto a Mictlanteutli, también encontrado como Mectlatecuhtli. Sin embargo, los aztecas también consideraban la posibilidad de ir al cielo cuando uno moría. Así, por ejemplo, cuando una madre moría en el parto o un guerrero moría en la batalla, podía ir al Tlalocán, el primer nivel del Cielo.
La Tierra por su parte, fue creada por los dioses inspirándose en el primitivo monstruo marino llamado Cipactli, con cuerpo de cocodrilo y de pez; así, la Tierra fue concebida por la mitología azteca como un enorme cocodrilo que flotaba sobre el mar original. Las esquinas de ese cocodrilo creado por los dioses fueron estirándose hacia arriba hasta poder sujetar el cielo.
Con respecto a la creación de los seres humanos en esta quinta era, los aztecas atribuyeron esta labor al dios Quetzalcoatl. Como ya hemos señalado anteriormente, este dios es una de las divinidades principales entre los aztecas, los toltecas y otros pueblos mesoamericanos. Aparece como el dios del cielo y también es creador y es el sabio legislador. Quetzalcoatl organizó el cosmos original y participó en la creación y construcción de los mundos de los distintos periodos. Según cuenta la legenda, este dios descendió al Mictlán, el inframundo, y allí recogió los huesos de los seres humanos de los períodos precedentes. A su vuelta, él esparció su propia sangre sobre estos huesos para convertirlos en los seres humanos de esta quinta era. Quetzalcoatl gobierna el ciclo del quinto mundo y es quien creó en él a los humanos.





CONCLUSIÓN.

En conclusión, actualmente podemos considerar estos mitos y leyendas irreales y fantasiosos, ya que discrepan con los estudios científicos realizados hasta el momento, pero antiguamente tenían la necesidad de creer en todas esas historias pues era su modo de justificar unas realidades que no entendían.




BIBLIOGRAFÍA.

-Wikipedia./ cosmogonia.

-Tiempo y humanidad.

- Google/ imágenes.

Edipo Rey

Querido diario:
Hoy he visto en el rostro de mi pueblo el dolor y el sufrimiento que padecen, y siento la necesidad de ayudarles, ya que su dolor es mi dolor y las desgracias nos afectan por igual a ambos. Me siento acongojado por lo que los dioses puedan decir de nuestro destino, de cómo podemos liberarnos de nuestro sufrimiento, pero tengo esperanza de que nos traigan una solución efectiva y de que todo se arreglara
Bien ya te traeré nuevas de mi situación, hasta pronto.

Querido diario:
No sabes lo que hoy me ha sucedido, Tiresias el adivino que Creonte a traído me acusaba de ser yo el causante de todo el sufrimiento de mi pueblo. Ha lanzado injurias contra mí que me han ofendido en lo más hondo de mi ser. De esa discusión he salido lleno de ira y furioso. Que formas son esas de tratar así a un rey tan bondadoso y protector de su pueblo como yo, no me gusta que me falten al respeto y menos que lo haga alguien que perdió de vista el mundo hace mucho tiempo.
Bueno espero estar más calmado la próxima vez que te escriba, hasta otra.

Querido diario;
Sospecho que toda mi disputa con el ciego Tiresias ha sido obra de mi cuñado Creonte. Seguro que le fue quien lo tramo todo he izo que el adivino injuriase contra me. No se lo perdonare. Yo lo creía fiel a mí y me ha traicionado, ha traicionado mi confianza, pero lo pagara muy caro, no se injuria contra un rey como yo (que me preocupo por todos mis súbitos) y se sale tan airoso del asunto, hare que se arrepienta de haberme hecho esto, Bien hasta pronto diario.
Querido diario:
Ya estoy de nuevo aquí entre tus hojas para escribirte una vez más. Hoy venia a explicarte que me he dado cuenta de que el Coro hace una gran labor aconsejándome y apoyándome en mis decisiones. Realmente les estoy agradecido por su fuerte apoyo y espero saber compensarles por ello.
Espero que la próxima vez pueda escribirte más. Adiós.

Querido diario:
Hoy venia a hablarte de mi querida esposa Yocasta. Es una mujer que se merece todo mi respeto y mi cariño, ya que es fuente de apoyo en los angustiosos momentos y de sabiduría en los que hay que tomar difíciles decisiones. Es madre de mis hijos e hijas. Es una gran mujer que me inspira confianza y me alienta ha desempeñar en buen grado mi derecho como rey. Admiro de ella su fe en los dioses que nos protegen. Es una mujer maravillosa.
Bien, queda demostrado mi fiel estima a mi esposa. Hasta pronto.

Querido diario:
Hoy me he enterado de que no soy hijo de los padres que yo creía que lo eran, sino que soy adoptado. Esto me ha causado un shock ya que” digamos” que he vivido toda una mentira toda mi vida. Pero al mismo tiempo que me sentía disgustado por la noticia, he sentido curiosidad por saber quien son mis verdaderos progenitores y su paradero. Ha sido una noticia inesperada, a uno no le dicen todos los días que es adoptado.
En fin, ahora espero que pueda saber la verdad de mi historia. Ya te escribiré mas tarde. Adiós.

Querido diario:
Por fin hoy he podido conocer mi verdadera historia, pero ha sido tan confusa, inesperada y traumática que apenas siento ganas de recordarla, pero es mi historia y ella me acompañara toda mi vida. Cuando se me hizo saber este relato, mis oídos no daban crédito a lo que oían. Estoy decepcionado por saber que el que le ha provocado todo el sufrimiento que padece mi pueblo he sido yo. También estoy acongojado, temeroso por aquello que me depara el futuro que es incierto y oscuro.
Espero poder seguir escribiéndote. Hasta otra.

Querido diario:
La revelación de mi verdadera procedencia y del grave crimen que cometí llego a mis oídos por medio de un pastor, al cual debo acusar por haber dejado que viviera en tan buena vida mientras pecaba como lo hacía. Pero ese fiel desdichado se ha ganado la misma suerte que espero para mi, o peor incluso. El es el culpable de mí de todos mis errores, y deberá pagar por ello. Bien sé que mis acusaciones pueden ser bruscas pero si no fueran bien fundadas y con toda la razón, no las haría.
Bueno, espero que no encontremos otro día mi querido confidente.

Querido diario:
Hoy debo despedirme de mi familia. Tristemente les dejo para poder sufrir el castigo que llevo por tan vergonzosa realidad que pesa sobre mí. Mi familia, todo cuanto he amado y protegido, todo lo he de dejar para marchar. Es un gran sufrimiento tener que separarse de aquellos a quienes amas y aun más a sabiendas de que no los volverás a ver más. Me preocupa el futuro que se cierne sobre ellos, jóvenes como son, de la manera que lo afrontaran. Solo puedo esperar que sepan encontrar el camino correcto y que no cometan errores tan graves como los que he cometido yo.
Bien me despido de ti una vez más. Hasta pronto.

Querido diario:
Hoy he decidido sucumbir a las eternas tinieblas. Sí, me he quitado la vista. No soy digno de ver todo lo que aquellos inocentes que no comenten tales crímenes como los míos, pero esa misma razón he sucumbido a las tinieblas que vagaran con migo hasta el resto de mis días, que provocaran inseguridad, pero sé que he hecho lo que era correcto. Solo deseo que los dioses sentencien pronto mi futuro, para poder escaparme con mi vergüenza a algún lugar en el que nadie pueda encontrarme.
Espero que al menos pueda seguir escribiéndote. Hasta otra.



LA IRONIA TRAGICA.

En Barcelona un medico nefrólogo criticaba a aquellas personas con una deficiencia renal, la cual les impide que los riñones hagan una limpieza adecuada de la sangre poniendo en grave peligro la vida de la persona que la sufren. Por eso estas personas cada cierto tiempo están conectadas a una máquina para que limpie su sangre por ellas, se conoce con el nombre de diálisis. Este nefrólogo decía que aquellos con diálisis no tenían derecho a trasplantes de riñones ya que decía que era una pérdida de tiempo y que se desperdiciaba un riñón que podía servir a otra personas que sí que pudiera aprovecharlo.
La ironía está en que este médico con el tiempo llego a estar conectado a una maquina debido a la diálisis.

Helenismo

HELENISMO
El legado de Alejandro Magno.
Tras la muerte de Alejandro Magno se genero un vacio, debido a la ausencia de un líder indiscutible, en el que pronto se abrieron fisuras, que sembraron la discordia y las ambiciones contrapuestas entre sus compañeros y generales. La sucesión pareció garantizada por el nacimiento de su hijo varón, Alejandro IV, de su unión con Roxana, acordándose entonces la regencia de Arrideo, el hermanastro de Alejandro. Sin embargo, la rivalidad entre los denominados Diádocos se agudizo, al dividirse entre ellos los poderes y las áreas de control, surgiendo los enfrentamientos armados alentados por las ambiciones personales y perdiendo la idea de la unión del imperio y con la legítima sucesión del heredero, Alejandro IV, asesinado en 310 a.C. junto a su madre por orden del regente Casandro.
A pesar de todo, los vastos territorios conquistados por Alejandro se conservaron, convertidos todos en estados helenísticos, en los que se ponía de manifestó otro de los legados del macedonio, la propia institución de la monarquía, que acabarían asumiendo los generales de Alejandro, los Diádocos lo que implicaba a su vez la instauración de dinastías de origen macedonio dentro de los reinos helenísticos.
Las monarquías helenísticas.
El mundo helenístico abarca los años comprendidos entre la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C. y la batalla de Actium en el año 31 a.C., donde Octavio, el futuro Augusto, venció a Antonio y Cleopatra. Este hecho supuso la sumisión de Egipto, el último reino helenístico, al poder de Roma.
Este arco temporal está dividido en varios subperiodos:
El primero corresponde a las luchas mantenidas por los sucesores de Alejandro conocidos con el nombre de Diádocos, que intentaron, cada uno de ellos, gobernar todo el territorio conquistado por Alejandro, lo que suponía arrebatárselo mediante las armas a aquellos monarcas que eran designados por Alejandro de distintas partes del imperio. El periodo concluye con la muerte del último de los Diádocos en el año 280 a.C.
Siguió una etapa de prosperidad general debida a la ausencia de luchas, tregua que se rompió en el año 217 a.C. con la batalla de Rafia, en la que enfrentaron dos importantes monarquías, los Ptolomeos y los Seléucidas. Ambos ejércitos contaban en sus filas con un buen número de soldados indígenas. A partir de ese momento creció el protagonismo del elemento indígena en la administración de estas dos monarquías.
Con la presencia de los ejércitos de Roma en el territorio de Grecia y de Asia a partir del año 197 a.C., y sobre todo desde la paz de Apamea, firmada en 188 a.C., se inicio la tercera y definitiva etapa del helenismo, la de su decadencia inexorable. La situación de Grecia se fue deteriorando a partir de las guerras mantenidas contra Macedonia, agravando una situación de crisis general del helenismo que ya se dejaba sentir en el siglo III a.C., y cuyos exponentes más claros fueron las cruentas guerras mitridáticas y el establecimiento de un nuevo poder hegemónico en los países del Mediterráneo oriental: el poder de Roma.



La monarquía, modelo de gobierno.
Las principales monarquías helenísticas que compartieron el legado territorial del imperio de Alejandro fueron la macedonia, la atálida, la seléucida y la lágida. La participación política del imperio hizo que los nuevos monarcas se encontraran con enormes territorios que gobernar y, dentro de ellos, con una gran diversidad de pueblos y ciudades en cuanto a su etnia, su cultura o su lengua. El control político de tales naciones solo era posible con un gobierno fuerte, centralizado, personalizado; de ahí la enorme importancia del soberano, que afectaba a todos los ámbitos de la vida: el administrativo, el militar, el religioso e incluso el divino. Estos monarcas siempre tuvieron como modelo a Alejandro Magno, imitaron sus formas de gobierno y administración, en la política y el ejército…
A pesar de las deferencias existentes en cada uno los reinos helenísticos, el modelo de gobierno monárquico helenístico ofrecía características comunes.
Las monarquías helenísticas fueron hereditarias, pero la legitimidad dinástica debía ser confirmada mediante el bautismo de sangre en el campo de batalla, y fortalecida con una sonora victoria. Esta idea de la victoria bélica como legitimadora de un estatuto político no era nueva entre los griegos. La costumbre griega de transmitir el poder regio al varón primogénito fue causa de luchas fratricidas entre los herederos. La aparición de varios pretendientes supuestamente legítimos de saldó a menudo con el asesinato de hermanos, madres y esposas. Para evitar este tipo de situaciones, los monarcas helenísticos asociaron al trono al heredero.

Reyes y dioses.
Los monarcas helenísticos se consideraban descendientes de los dioses. Los dinastas macedónicos tenían como antepasado a Heracles. El propio Alejandro Magno fue divinizado en vida por voluntad propia.
A partir de la muerte de Ptolomeo II, reyes i reinas de esta dinastía fueron divinizados.
Los reyes de Egipto eran dioses vivos; y los honores que se les rendían constituían una variación del culto a los héroes griegos traspasado a la figura del político en su máximo esplendor, al que s ele añadía la solemnidad ritual egipcia. La idea de culto regio fue adoptada rápidamente en todo el mundo helenístico, aunque con algunas variantes.

Práctica e ideología del gobierno de los reyes.
Los reyes helenísticos estaban seguros de que los estados que gobernaban eran de su propiedad personal. Estas ciudades no estaban integradas en el régimen de gobierno general de los nuevos monarcas, conservaban sus constituciones e instituciones políticas dentro de un estado de gran tamaño, de gran variedad lingüística y étnica que basaba su poder en la guerra y el derecho de conquista. La finalidad prioritaria de los reyes helenísticos no era buscar el bien de los súbditos sino consolidar su poder. Las monarquías no tenían un ideario político definido, y todas las acciones de gobierno se encaminaban a la obtención de recursos como medio para financiar la guerra o el mantenimiento de estructuras que sostuvieran el statu quo preeminente del rey.
Los griegos no impusieron su religión a los territorios conquistados. El caso de los judíos fue único y especial, dado que el intento de helenización impuesto por Antíoco IV acabo en la revuelta judía encabezada por los Macabeos.